El mejor momento para iniciar el control emocional es en edades tempranas y continuar durante el desarrollo, teniendo en cuenta los momentos de desarrollo. Los momentos del desarrollo o fases evolutivas nos sirven para adecuar la enseñanza según las capacidades evolutivas.
- Goleman, define la inteligencia emocional como la capacidad y habilidad de reconocer los sentimientos, propios y de los demás, y la capacidad de aprender a manejar las emociones para relacionarnos de manera aceptable (1) pero es una capacidad y habilidad que hay que educar, es necesario enseñar a manejar las emociones.
La ira es una emoción primaria, existe desde el nacimiento, después del llanto reflejo, aparecerán los llantos que informan sobre el bienestar o malestar del bebé, y la ira es una de las emociones que expresa malestar, irritación leve o intensa.
– Emoción: la ira es la parte biológica que provoca conductas de forma automática.
– Comportamiento, es el resultado de nuestro temperamento y de la enseñanza-aprendizaje de como comportarse de forma aceptable socialmente.
Para Beck, psicólogo cognitivo, la ira es un sentimiento y el comportamiento destructivo es una agresión hostil, que está condicionado por valores y creencias. “Fomentar el comportamiento ético frente al hostil ”, p.32 (2) son los valores y las creencias profundas aprendidas desde el desarrollo temprano las que marcan el camino para afrontar el malestar emocional y expresarlo, cuanto antes enseñemos cómo deben enfadarse, más fácil será que aprendan a expresar su enfado de forma aceptable, evitando explosiones de rabia.
Aunque el suceso ya no esté, persiste la imagen del transgresor y nuestro sistema biológico de ataque permanece activado: aumento presión sanguínea, aumento tensión muscular, incremento frecuencia cardíaca. Y expresiones faciales intimidatorias: fruncir el ceño, mirar fijamente.
Los modales sirven para controlar las primeras reacciones de ira, cómo debo reaccionar, comportarme ante lo que considero un ataque personal. La ira es la emoción que responde a un ataque (real o imaginario): sentir el aumento de la presión sanguínea, tensión muscular, incremento frecuencia cardíaca…, sentimos como el sistema biológico reacciona automáticamente y desencadena llanto, gritos, patadas, puñetazos, insultos…
“Cuando no estamos metidos en una confrontación hostil, tenemos la capacidad cognitiva de ver las circunstancias con perspectiva. Sin embargo, cuando sí lo estamos, debemos hacer un gran esfuerzo mental para superar nuestro pensamiento primario automático. Adquirir perspectiva se hace más fácil con el tiempo y asienta las bases de una revolución constructiva de los problemas y de una vida más tranquila.”, p.147 (2)
Aprenda a enfadarse y no convierta los enfados en una forma de relacionarse, conseguirá una vida más tranquila. Y enseñe a enfadarse con calma a sus hijos.
(1) Goleman, D. (1996) La inteligencia emocional. Ed. Kairós. Barcelona
(2) Beck, A.T. (2003) Prisioneros del odio. Las bases de la ira, la hostilidad y la violencia. Ed. Paidós. Barcelona.