Las personas que han tenido un ataque de pánico, incluso si han descartado enfermedades, siguen pensando que si vuelven a sentir las palpitaciones intensas, la sensación de ahogo, los mareos, el pinchazo en el pecho, dolor de cabeza y la sensación de perder el control, es que algo no funciona bien en el cuerpo, y esos síntomas significan que está mal y le va a dar un ataque al corazón, un ictus, se va a desmayar, o incluso una enfermedad mental, ya que a veces sienten que no son ellos.
Además, recuerdan esas sensaciones corporales desbocadas como un momento terrorífico, y esa sensación de que ya se van a morir porque se ahogan, es horrible.
Estos dos miedos:
- Miedo a que vuelva a tener un ataque de pánico y lo desagradable que resulta ese momento, solo de pensar que puede a volver a sentir esas sensaciones dolorosas e intensas, le entra miedo, pavor, pánico a que se repita. Miedo, mucho miedo a volver a pasar por ese momento.
- Miedo a tener alguna enfermedad grave. Aunque ya le han dicho que no, pero los médicos pueden equivocarse. Y si vuelven los síntomas, las palpitaciones, dolor en el pecho, los mareos, es que algo pasa y a lo mejor esta vez sí me da el ataque al corazón.
Sí, claro, los médicos pueden equivocarse, pero piense que si le hicieron pruebas después del ataque de pánico, y no encontraron ninguna enfermedad, ningún signo que indique que el corazón está mal, y las analíticas salieron bien, está claro que está bien. Si su cuerpo estuviese mal, seguiría afectado después del ataque de pánico.
Estas dos preocupaciones, miedos:
- miedo a volver a sentir que se ahoga, que se le va la cabeza, que se le dispara el corazón
- y miedo a que esos síntomas sean de una enfermedad grave, suelen persistir después de un ataque de pánico. Incluso cuando nos hemos convencido de que sí, solo es ansiedad.
Lo hemos pasado tan mal, que es difícil recuperarnos del miedo que hemos pasado.
Incluso las personas que ya entienden que realmente es ansiedad, incluso esas personas siguen teniendo miedo a volver a tener un ataque de pánico, ya no por enfermedad, sino por lo mal que se pasa, lo insoportable que puede llegar a ser la sensación de ahogarse y el corazón que se sale por la boca.
Estos dos miedos, terminan instalándose, con más o menos intensidad, y mantienen a la persona en un estado de alerta: va a volver, y viven con la sensación de que
en cualquier momento voy a tener un ataque intenso de pánico. Este estado de alerta nos mantiene en tensión, lo que provoca inquietud y malestar frecuente, y lo que es peor, puede terminar desencadenando ansiedad por el miedo que tenemos a que se repita.
Cuando estos dos miedos no desaparecen, terminan formando un círculo vicioso de alarma:
- Círculo vicioso de alerta a las sensaciones que pueden volver
2. Círculo vicioso de alerta a las sensaciones que me avisan de una enfermedad, un ictus, un derrame cerebral, un ataque al corazón.
Estos dos círculos viciosos cuando se instalan no dejan que viva tranquilo, y además le mantienen en un estado de espera permanente: atento que ya puede volver a pasar. Lo cual aumenta la tensión y la ansiedad, y puede terminar provocándose un ataque de ansiedad con tanta tensión, esperando a que vuelva el ataque de pánico.
Los dos círculos viciosos típicos del ataque de pánico, se pueden deshacer, romper, con ejercicios, y por fin, dejará de tener miedo a las sensaciones, a esperar y pensar en el regreso del ataque de pánico, y a pensar en que está gravemente enfermo.
Los ejercicios para romper los dos círculos viciosos que se instalan después de un ataque de pánico, son eficaces y fáciles de realizar.
Estos ejercicios se exponen en otros artículos.