La pubertad es el marcador biológico que indica el cambio madurativo fisiológico de la infancia al adulto capaz de reproducción.
La pubertad es el inicio de las características sexuales secundarias, producto de los cambios hormonales y anatómicos.
Es el momento que se inicia:
– La aparición de los cambios fisiológicos y anatómicos que caracterizan al ser humano como adulto
– El interés sexual por disposición biológica hacia otros
– Las motivaciones sexuales y el interés social – sexual
Los intereses que gobernaban la vida infantil, cambian radicalmente por los cambios cerebrales y hormonales que motivan un aumento de relaciones sociales impregnadas de estímulos sexuales, de atracción sexual, y de interés por el sexo, y abren un mundo de vinculaciones afectivas nuevas y un mundo de interés por vincularse sexualmente.
Estos cambios biológicos producto de la pubertad inciden directamente en cambios psicológicos y psicosociales, tanto en los púberes como en las personas que les rodean.
Los cambios corporales visibles producen reacciones en los adultos que rodean a los púberes, reacciones diferentes en la forma de observarlos y tratarlos, lo que a su vez produce cambios en las reacciones de los preadolescentes hacia esos adultos y su forma de tratarlos y observarlos.
Todos estos cambios en las personas que les rodean se unen a los propios cambios anatómicos y hormonales del adolescente-púber, y provocan en el púber reacciones diferentes a las que tenían en la infancia, reacciones de fuerte contenido biológico sexual a la que deben aprender a responder de forma controlada y normal.
Es un periodo de adaptación corporal y psicosocial y de cambios sustanciales en la forma de comportarse y relacionarse, que deben ser controlados y obtener la protección sana de los adultos para que puedan desarrollar las habilidades psicosociales que a partir de ahora se les irá exigiendo, a la vez que tendrán que aprender a diversificar afectos y controlar los impulsos sexuales, las emociones y los enamoramientos, que inciden en sus estados corporales y mentales.
Es una etapa de transición de la infancia a la adultez que precisa de relaciones sociales y autocontrol para encauzar la independencia y autonomía personal que se debe ir alcanzando para lograr ser adultos responsables y aprender a afrontar los problemas por sí mismos, y conscientes de la necesidad de protección e independencia.