Existen una serie de trastornos psicológicos-psiquiátricos, que se inician en la infancia pero se manifiestan con evidencia en el inicio de la adolescencia, o a finales de la adolescencia. Estos trastornos psicológicos-psiquiátricos precisan de tratamiento terapéutico, y pueden confundirse con mala educación, malas conductas y mal comportamiento, cuando en realidad es un trastorno mental que precisa de un tratamiento especial, y que se inicia en esta etapa y pueden confundirse con malas conductas, o con “cosas del adolescente”.
Los trastornos más conocidos y frecuentes son:
– El trastorno de déficit de atención con hiperactividad
– El trastorno oposicionista
– El trastorno bipolar
– La personalidad esquizoide
– Conductas psicóticas
– Conductas antisociales
– Trastornos afectivos: Distímicos, depresivos, y ansiedad
Estos trastornos aumentan la posibilidad de conductas agresivas e inadaptadas, tanto en el centro escolar como en la sociedad en general, especialmente en esta época en la que se producen cambios físicos, mentales, hormonales y que se inician las conductas de relaciones sexuales.
Las conductas que manifiestan con mayor facilidad estos adolescentes son:
– Conductas de riesgo en general
– Conductas suicidas o suicidio
– Delincuencia menor o grave
– Desinterés por el estudio y fracaso escolar
– Absentismo escolar
– Consumo excesivo de sustancias adictivas, legales e ilegales
– Violencia y actos vandálicos
Si los adolescentes son detectados y obtienen apoyo profesional la incidencia de estas conductas disminuye. El apoyo profesional debe estar apoyado por la familia y debe implicarse la familia en controlar adecuadamente las conductas del adolescente: Ni exceso de corrección, ni ya está en manos de otros profesionales que le ayudan y en casa se sigue castigando o no poniendo límites según les parece a los padres. Debe existir una fuerte coordinación entre profesionales y familia y de forma continua, no solo cuando se encuentran mal. Deben asumir que padecen un trastorno y que hay que ayudar.
Las conductas problemáticas frecuentes o esporádicas, van desapareciendo con el tiempo y son circunstanciales. Los trastornos son duraderos en el tiempo, incluso con tratamiento.
Los trastornos mentales no son circunstanciales, pueden ser transitorios o permanentes, pero precisan de una intervención muy diferente a una sanción, reprimenda o castigo.