Acoso escolar

Acoso escolar y Asertividad

El término asertividad hace referencia a la habilidad de saber expresar de forma clara los sentimientos, deseos y pensamientos propios. Podemos expresar lo que sentimos y comunicarlo de forma agresiva o de forma pacífica. La asertividad pacífica se considera una habilidad social que permite y favorece relaciones sociales de convivencia armoniosa y respetuosa. La asertividad agresiva se considera una habilidad social que mantiene y favorece los conflictos interpersonales y sociales.

Los resultados de diversos estudios sobre asertividad y acoso escolar indican que los acosadores, los agresores, presentan niveles altos de asertividad, mientras que las víctimas presentan un bajo nivel de asertividad. Según las investigaciones las víctimas se vuelven retraídas, inseguras y se apartan socialmente. Tienen pocos recursos o ninguno para afrontar y poner límites al acoso que sufre.

La asertividad se considera un recurso personal para afrontar las situaciones de acoso pero las investigaciones han demostrado que la asertividad agresiva ni protege ni evita el acoso. Esto es, las víctimas agresivas que responden con agresividad al ataque y al hostigamiento como defensa o defendiéndose con agresividad, no consiguen que acabe el acoso, en muchas ocasiones aumenta el hostigamiento y el maltrato hacia ellas, incluso se las puede llegar a considerar como agresoras-provocadores que incitan al acoso.

Poniendo un ejemplo sencillo, cuando se les dice a los niños: si te pegan, pega. O, dale tu más fuerte y defiéndete, no seas cobarde, si te insulta le insultas o dale en sus partes, o frases parecidas, lo que se fomenta es la agresividad y se desprotege a los menores dejando que sean ellos que resuelvan los conflictos o el acoso, y lo que es más grave le quitamos autoridad al adulto y al profesor en el acoso escolar. Hay que reforzar la autoridad del profesor y del adulto como figuras que gestionan y controlan las situaciones, enseñan y ayudan a controlar los conflictos de forma pacífica.

Con este tipo de respuestas: si te dan o molestan tú también puedes hacerlo, lo que se consigue finalmente es dejar solo al niño acosado, víctima, y darle permiso para que reaccione de forma agresiva, para que se defienda solo si es que puede, creando así un clima de conflictividad y de que cada uno se defienda solo y a ver quién puede más.

Este ejemplo ilustra lo que se considera asertividad agresiva, tanto del agresor como del adulto que invita a responder con agresividad, y de la posible víctima que puede terminar convirtiéndose en víctima agresiva, tal como señalan las investigaciones.

Tal como señalan los estudios la asertividad agresiva no disminuye el acoso, lo aumenta. Teniendo en cuenta que, además, el acosador está rodeado de otros espectadores que de forma explícita o implícita le apoyan, su poder entre los iguales puede aumentar al dominar a una víctima agresiva.

Y lo que es más importante, estamos hablando de educación, centros educativos, cuando hablamos de acoso escolar, y por lo tanto el plan de convivencia escolar y cualquier programa para prevenir e intervenir contra el acoso escolar debe fomentar la convivencia pacífica, no la convivencia de vamos a ver quién puede más.