La respiración diafragmática es la técnica más utilizada y más eficaz para el control de los síntomas de ansiedad y del ataque de pánico.
La respiración diafragmática es una respiración abdominal que hace respirar despacio, controlando la entrada de aire y la salida, así logramos una ventilación normal de los pulmones.
El estrés y la ansiedad producen una respiración rápida, hiperventilación. La hiperventilación aumenta el oxígeno y disminuye el dióxido de carbono necesario en la sangre, CO2, y produce un desequilibrio en las sustancias químicas de la sangre. Este desequilibrio causa reacciones en el cuerpo: mareos, dolor de pecho, palpitación, sensación de ahogo, entre otros síntomas. Cuando estamos nerviosos, estresados, agobiados, respiramos más rápido de lo normal y esta respiración rápida es la que causa las sensaciones corporales tan desagradables, que interpretamos de forma automática como algo grave que nos está ocurriendo, y que parece que vamos a morir en ese momento.
Si no existe ninguna enfermedad que explique esa dificultad para respirar, el dolor de pecho, las palpitaciones, entonces es la ansiedad que nos hace respirar más rápido y desencadena las sensaciones de ahogo, el dolor de pecho, los mareos y otros síntomas.
La ansiedad hace que respiremos más rápido de lo normal, aunque no nos demos cuenta, y provoca las reacciones corporales que tanto miedo y malestar nos producen.
La técnica que nos ayuda a volver a respirar normal, es la respiración diafragmática. La respiración diafragmática hace que respiremos más despacio, nos calma y focaliza la atención en el control de la respiración, en lugar de estar atentos a las sensaciones tan desagradables, y mantiene los niveles necesarios de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre, y permite que los órganos del cuerpo funcionen bien, sino existe alguna enfermedad que dificulte respirar bien.
Es necesario aprender y entrenarse en respiración diafragmática para que cuando estemos nerviosos, o notemos los primeros síntomas de crisis de ansiedad: tensión, ahogo, palpitaciones, dolor de pecho…, podamos aplicar de forma consciente y tranquila la respiración lenta y profunda, la respiración diafragmática.
Es fácil de aprender, pero hay que entrenarse hasta automatizarla, para que cuando llegue el momento podamos aplicarla de forma consciente y tranquilos, sabiendo que dominamos la técnica y que vamos a conseguir dominar y control los síntomas de la ansiedad, ya que las sensaciones de ahogo, mareos, tensión son, principalmente, producto de la hiperventilación que produce la ansiedad. La respiración diafragmática consigue en pocos minutos regresar a una ventilación pulmonar normal, a respirar mejor.
Al aplicar la respiración diafragmática y conseguir disminuir las sensaciones corporales, aprendemos también a controlarlas, que tenemos una herramienta para manejarlas. Poco a poco va desapareciendo el miedo a que vuelvan esas sensaciones, ya que si vuelven podemos manejarlas y disminuirlas hasta que desaparecen.
Tenemos otro recurso que es tomar la pastilla para la ansiedad, pero la respiración lenta y profunda es natural, y es igual de eficaz que la pastilla.