Nos corresponde a los adultos enseñar un montón de cosas, entre ellas a cómo relacionarse con los demás, y esta enseñanza está condicionada a la edad del niño, temperamento, capacidades y habilidades en desarrollo.
Las rabietas son el comportamiento más molesto de estas edades. Las rabietas expresan el malestar intenso físico o psicológico que está padeciendo en ese momento, lo expresa de forma explosiva, principalmente con llanto y gritos y furia motriz. Es la única manera que puede expresar su malestar en esta edad. Algo ha sucedido que le ha desencadenado la ira, y esta emoción desencadena reacciones de furia, de rabia.
Realmente no es una conducta agresiva, pero puede convertirse en agresiva, especialmente a partir de los 3 y 4 años, cuando la utiliza para conseguir algo o hacer daño. En esos casos ya hablaríamos de niño agresivo, pero no ahora.
De 2 a 3 años
– Entre los 2 y 3 años las rabietas son explosivas, es el momento cumbre de las rabietas, a partir de los 3 años serán menos frecuentes y menos explosivas, si todo funciona bien.
Los enfados explosivos, rabietas, son la respuesta automática del cerebro que interpreta la situación como un ataque y agresión, y desencadena reacciones fisiológicas que se expresan principalmente llorando, gritando y furia motriz, es una descarga de energía necesaria.
Entre los 2 y 3 años se producen bastantes rabietas, ya que el niño desea muchas cosas que no puede conseguir porque los adultos le ponen límites, o bien por estrés, cansancio, sueño, y otras cosas que le producen irritabilidad y descarga la tensión con rabietas, que es en este momento la forma de expresar el malestar intenso o insatisfacción emocional.
Cómo actuar, qué hacer
– Calma y paciencia, y esperar a que se calme, observando que no se haga daño.
– Puede enfadarse, y le iremos enseñando como enfadarse, pero nunca en el momento del enfado, nunca en plena rabieta.
– Ni explicaciones ni razonamientos ni amenazas de castigo, ya que aumenta la irritabilidad y la intensidad de la rabieta, dejamos que descargue. Al adulto le sucede lo mismo cuando tiene una explosión de ira o rabia, aumenta la rabia si se le habla en ese momento. La diferencia es que el adulto ya tiene la capacidad para expresarse de otra manera, el niño aun no la tiene.
– Firmeza, no consentir que consiga lo que quiere. La rabieta es un enfado explosivo de rabia, si termina consiguiendo lo que quiere, llegará a asociar que es la forma más eficaz para conseguir cosas. En algunas ocasiones se puede ceder, son ocasiones muy específicas, pero la mayoría de veces firmeza, no ceder, y esperar a que se calme.
El adulto puede ayudarse con autoverbalizaciones, si se entrenan, ayudan a mantener la calma, contenerse y no terminar como el niño gritando o discutiendo con otro adulto de lo mal que lo hace el otro, o de lo insoportable que es…
Las autoinstrucciones o autoverbalizaciones, es una técnica que da buenos resultados para controlar reacciones impulsivas, son frases que se dicen para prohibir una conducta o impulsar otra: Calma, yo no voy a gritar, es una rabieta y ahora se le pasará. Calma, silencio…, alguna frase que le ayude a mantenerse en calma. Recuerde, como adulto puede controlar y no perder los papeles.
Por supuesto, que la fatiga, el estrés, el cansancio del adulto le hará perder alguna vez los papeles, pero alguna vez.
Para enseñar a enfadarse con modales, usted es al principio el que debe dar buen ejemplo, con modales.