“Un programa contra el bullying escolar debe incluir acciones universales o generales, y también acciones concretas. Las acciones universales se refieren a los esfuerzos que se realizan para influir en las normas del grupo, y desarrollar en todos los niños la capacidad de comportarse de forma constructiva, de asumir la responsabilidad de no favorecer el bullying, y de apoyar a las víctimas. Las acciones concretas significan que cuando el personal de la escuela detecta un caso de bullying, éste debe ser tratado en discusiones individuales y de grupo con un profesor (u otro adulto) y las partes implicadas. Así, los adultos asumen la responsabilidad de poner fin a lo que está sucediendo entre el agresor y la víctima, y proporcionarle a ésta el apoyo necesario. Para llevar a cabo la intervención indicada también se puede recurrir a compañeros de clase escogidos, requiriendo de ellos que proporcionen su apoyo y protección a la víctima.”, p. 91 (Salmivalli y Peets, 2010)
Un plan de convivencia escolar tiene que incluir un programa de prevención y detección del acoso. En España la Ley Orgánica 2/2006 de educación, hace referencia específica a la prevención del acoso escolar, en el Título Preliminar. Capítulo I: Principios y fines de la educación, artículo 1 apartado K, dice: “La educación para la prevención de conflictos y la resolución pacífica de los mismos, así como para la no violencia en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social, y en especial en el del acoso escolar.”
La prevención eficaz para evitar que se produzcan conductas de acoso se fundamenta en la intervención general y concreta.
La intervención general que ya hemos comentado se basa en el enfoque general, toda la comunidad educativa adquiere la conciencia social de ir contra el acoso escolar, implicándose en el plan de convivencia escolar y el protocolo o programa contra el acoso escolar. Conoce las medidas y las acciones del protocolo de acoso escolar y utiliza los mecanismos para que esas medidas sean efectivas.
La intervención concreta también debe quedar reflejada en el plan de convivencia y en el protocolo de acoso escolar, tanto las acciones que se llevarán a cabo en la intervención preventiva, como en la intervención en casos de acoso que ya están en curso tienen que estar claramente especificadas, y de forma explícita las medidas que se implantarán para prevenir el acoso escolar o para intervenir en casos concretos de acoso escolar.