Aunque los estudios sobre acoso escolar indican que la mayoría de alumnos no están a favor del acoso, también indican que el bullying escolar o acoso escolar se mantiene entre otras razones, por el papel que adoptan los alumnos y algunos adultos como espectadores del acoso escolar, reaccionando con conductas que favorecen el acoso: risas, ánimos al acosador, mirar la escena en silencio, irse para no verlo y no denunciarlo.
Diversos autores han investigado por qué los espectadores que no están de acuerdo con el acoso, no ayudan a la víctima e incluso se quedan como espectadores silenciosos o desaparecen del lugar como si no sucediera nada.
Juvonen y Galvan (2008) (1) señalan dos motivos importantes que impiden que los alumnos espectadores ayuden a la víctima que están acosando.
- Prefieren identificarse con el acosador que desempeña el rol de poder y dominio
- Autoprotección, consideran que ayudar a la víctima es peligroso para ellos ya que pueden acosarles a ellos.
Y otros estudios destacan factores personales y morales que favorecen el apoyo directo o indirecto al acosador.
Todos estos factores, principalmente los dos que nombran Juvonen y Galvan, son los que hay que neutralizar con el programa de prevención e intervención en acoso escolar, tal como señalan todas las investigaciones importantes relacionadas con el tema del acoso escolar y desde el enfoque general que implica a todo el contexto escolar y educativo para evitar el acoso escolar o intervenir cuando se inicia.
(1) Juvonen, J., y Galvan, A. (2008). Peer influence in involuntary social groups: Lessons from research on bullying. In M. Prinstein y K. Dodge (Eds.), Peer influence processes among youth (pp. 225–244). New York: Guilford Press
