Infancia Psicología y Desarrollo

Agresividad de 0 a 16 años

La agresividad normal de 0 a 16 años es la que denominamos agresividad evolutiva. La agresividad evolutiva son conductas que hacen daño y molestan a los demás, pero son conductas que deben aparecer durante cada fase del desarrollo. Son conductas normales, agresivas, que aparecen en cada edad, y son conductas incorrectas, inaceptables socialmente y debemos educar y enseñar a comportarse de forma aceptable socialmente según la edad.

Enumeramos las conductas agresivas evolutivas, normales, según la edad de los menores, pero que no son aceptables y hay que educar.

Cuando son conductas evolutivas no son comportamientos problemáticos, ni trastornos psicológicos, es la forma de comportarse a cada edad. Cuando la intensidad y la frecuencia de esas conductas se mantienen en el tiempo y se incrementa el mal comportamiento, o es excesivamente “bueno”, es necesario intervenir cuanto antes.

Conductas agresivas normales por edad, que es necesario educar. Los intervalos de edad son orientativos.

0 a 12 meses

– gritos

– morder

– arañar

– pegar

– tirar cosas

12 meses a 3 años

– morder, disminuye a partir del año y medio

– dar patadas

– gritar

– pegar

– tirarse por el suelo

– llorar – gritando contra otro

– rabietas, conjunto de conductas que se dan a la vez: llorar, insultar, gritar, tirarse al suelo…

– palabrotas

– insultos: el más típico es tonto

3 a 6 años

– palabrotas

– grita y llora fuerte cuando se enfada, pero las rabietas van desapareciendo

– se pone desafiante: no, no

– refunfuña

– empiezan a mentir

– interrumpe a los mayores para que les atienda e insiste

– cogen cosas de otros, sin permiso

– primeras peleas, suelen ser verbales

– hace gestos despectivos

– empujones, embestidas cuando está enfadado, pero son controladas

6 a 9 años

– empieza a ser desordenado y descuidado con sus cosas, incluso si antes era ordenado

– discute con sus padres con fuerza cuando quiere elegir algo y no le dejan: ropa, juegos, comida…

– en general se enfada con más tranquilidad, pero de vez en cuando tienes explosiones de ira fuertes

– le gusta empujar, dar golpes fuertes que pueden hacer daño, aunque no es su intención

– jugar a peleas para mostrar su fuerza

– controla las palabrotas y los insultos pero sigue diciéndolas

– intenta hacer trampas para ganar, pero sabe que no es correcto

– engaña y miente para no ser regañado

– sigue cogiendo cosas de los demás, pero esta conducta va disminuyendo

9 a 12 años

– sigue siendo desordenado y aumenta la reivindicación de que es su “orden”

– cuando se enfadan suelen dar portazos, gritos, patadas a los muebles…

– critican descaradamente a los adultos

– cuando les llaman para hacer algo dicen que van y no van, o no contestan

– se vuelven exigentes cuando quieren conseguir algo y pesados

– reservan las palabrotas para sus compañeros, pocas veces a los adultos

– siguen engañando y mintiendo para conseguir cosas, pero si es con frecuencia es una conducta ya problemática

– de vez en cuando tienen explosiones de ira, pero de vez en cuando, si es con frecuencia es problemático

12 a 16 años

– desafían normas familiares, a veces de malos modos: no te metas, es mi habitación

– quieren imponerse en sus cosas: salidas, ropa, amigos

– aumentan las discusiones para defender sus gustos

– exigencias y enfados fuertes, y se retiran con ataques verbales al adulto: sí, porque tú lo digas…

– se apartan, no hablan, no contestan, si es con frecuencia es una conducta problemática

– contestan mal

– insisten en salir con los amigos cada vez llegando más tarde

– pueden iniciar el consumo a sustancias como alcohol, drogas en general

– exigen más tiempo ante las pantallas, móvil, internet en general

– algunos adolescentes tienen conductas autodestructivas, autolesiones, intentos suicidios. Intervenir de inmediato para enseñar a afrontar y solucionar problemas.

Es importante diferenciar los comportamientos problemáticos: malos modos, enfrentamientos, discusiones, que reivindican más independencia de los comportamientos problemáticos que desafían con frecuencia la autoridad y a la familia, y exigen sí o sí, imponerse.