Las investigaciones sobre acoso escolar concluyen que el acoso puede aparecer a los cuatro años. A partir de estas edades debemos estar atentos al tipo de relaciones que se establecen entre los niños.
En estas edades los niños se pelean, se empujan, se insultan, se burlan, dan empujones, gestos despreciativos, pueden quitar cosas, romper, y otras conductas incorrectas para expresar enfados, disgustos o malestar con el otro.
Estos comportamientos agresivos son típicos en estas edades, debemos enseñar que son incorrectos y enseñar a expresar el enfado de otra forma. Son comportamientos que no se van a aceptar.
Durante la infancia los niños se pelean, ríen y burlan entre ellos, son comportamientos típicos de estas edades, pero comportamientos que no vamos aceptar. Son conductas normales en estas edades y no se consideran acoso.
En qué momento hay que preocuparse de estos comportamientos y sospechar acoso escolar. Debemos preocuparnos y sospechar que puede ser acoso cuando observamos que un niño molesta con frecuencia a otro, en este caso debemos intervenir de inmediato, aclarar la situación y recordar que no está permitido ese tipo de comportamiento. Si reincide, tomar medidas contundentes, hablar con la familia y proponer un plan de actuación para reconducir esa situación.
Cuando un niño es acosado o sospechamos que es acosado, es necesario intervenir de inmediato, la presencia del adulto es indispensable para que el acosador note la vigilancia y además ayudarle a corregir ese comportamiento.
Es necesario hablar sobre el tema de forma sencilla y establecer normas claras de convivencia desde edades tempranas, así como tareas y ejercicios que ayuden a la socialización en estas edades.
Las normas ayudan al desarrollo social aceptable y además ayudan a perder el miedo y decir a los adultos lo que sucede. Con las normas claras el trato es igual para todos, y no se focaliza en niños concretos. Si además el niño acosado necesita ayuda psicológica, debe recibirla.
Si algunos niños presentan dificultades serias para respetar las normas, entonces es necesario valorar la necesidad de apoyo profesional externo, como puede ser el psicólogo. El acosador también necesita ayuda, además de límites.
Es muy importante vigilar desde las primeras edades si se da acoso escolar, e intervenir de inmediato.