Las explosiones de ira violentas suelen tratarse con medicamentos y terapia, especialmente cuando forman parte de algún trastorno psiquiátrico.
Si usted se entrena con los ejercicios que le proponemos y no consigue disminuir sus ataques de ira, acuda a un profesional de psicología para que le evalúe y recomiende el tratamiento a seguir, en el caso de que consideren que precisa medicación, le derivarán a psiquiatría.