Ataques de Ira

Ataques de ira: Información

La ira es una emoción que se activa frente amenazas, ataques, intrusismo en el ámbito personal e íntimo, situaciones degradantes, y en situaciones frustrantes en las que las cosas no nos salen bien o como nos gustaría, y reaccionamos de forma violenta y agresiva hacia los demás, hacia objetos o hacia uno mismo con autolesiones.

La ira produce irritabilidad, malestar intenso y reacciones de enfado, agresividad verbal o física. La impulsividad suele acompañar a los ataques de ira.

Las situaciones desagradables, injustas, molestas producen rabia, ira, pero la intensidad de la ira, de la rabia, depende de uno mismo, no de las situaciones o personas que provocan malestar.

Sentir rabia, ira, por situaciones injustas y desagradables, es normal, pero es la forma de pensar las situaciones lo que provoca que el malestar sea más o menos intenso, o que ni produzca malestar ni físico ni mental. Hay personas que se ponen nerviosas, se alteran por cualquier situación, por ejemplo, les molesta esperar, y otras personas se lo toman con calma, esperar les puede resultar algo pesado, pero nada más, mientras que otras personas no soportan esperar y empiezan a quejarse enseguida, esa situación les irrita en exceso. Hablamos de una espera normal, mientras unos se lo toman como algo normal, otros consideran que es totalmente incorrecto, injusto  y empiezan a reclamar: pongan más personal en las cajas del supermercado! O meten prisa a la persona que está guardando su compra, con gestos, exclamaciones, soplando, o verbalizando: dese un poco más de prisa, pero qué lentos, apártese allí para guardar la compra! Ejemplos cotidianos hay muchos.

Ante la misma situación la reacción emocional de las personas es muy diferente. Desde pensar: está guardando la compra, a pensar: seguro que va lento para fastidiar, entre estos dos pensamientos hay un abismo. “Está guardando la compra” y voy a esperar, produce molestia como mucho tolerable. Pensar “seguro que va lento para fastidiar” produce rabia y sentimiento de que van contra usted con intención, lo que produce que la molestia sea intensa o muy intensa, y la reacción física sea de tensión y sienta que la emoción de rabia le lleve a perder el control. Incluso si el tiempo de demora fuese excesivo, sería suficiente con dirigirse al dependiente y decir: si no le importa me va cobrando. En general, es más fácil solucionar estos incidentes con una petición educada que a gritos.

Son los pensamientos, lo que pensamos de la situación, los que desencadenan que la emoción de ira aparezca con más o menos intensidad, o no aparezca. No es la situación en sí misma, sino nuestra valoración de esa situación como una injusticia insoportable.

La ira y la rabia son emociones primarias y necesarias, deben aparecer cuando algo nos produce malestar físico y mental. Pero la intensidad que nos produce depende de nosotros y nuestra forma rápida y automática de juzgar los hechos.

Expresar la ira mediante un gran enfado, pero controlado, es correcto aunque sea incómodo o desagradable, es una reacción fisiológica y mental ante una amenaza, un ataque o algo que nos produce frustración, un gran malestar. La reacción, la respuesta explosiva puntual, momentánea y controlable, en la que nos damos cuenta de nuestra reacción y la vamos controlando, apagando, para afrontar esa situación de forma más tranquila y pausada, se considera una reacción exagerada pero no un problema, puesto que ocurren muy pocas veces y además esa persona es consciente y se retira y la controla.

Los ataques de ira intensos, pero puntuales, no son un problema si se dan con muy poca frecuencia, son molestos y desagradables.

El trabajo personal que debemos hacer para controlar las reacciones emocionales de la ira es reconocer que son nuestros pensamientos los que desencadenan esa reacción de ira, de rabia, y después aprender a cambiar esos pensamientos irritables por otros más tranquilos.

El tratamiento para los ataques de ira en adultos, se fundamenta en estudios científicos que han demostrado su eficacia. Puede realizarse con ayuda de un profesional o intentar solucionarlo solo, en este caso un plan de autoayuda es necesario para que consiga regular sus emociones, y controlar los pensamientos automáticos que generan una reacción y un comportamiento explosivo incorrecto e innecesario, para usted y para los demás.

 

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