Diversos estudios señalan las características de las personas con ataques de ira explosivos, que pierden el control y reaccionan de forma violenta, se caracterizan por ser:
– Exigentes
– Criterios rígidos acerca de cómo deben ser las cosas y las formas
– Dificultad para controlar los impulsos
– Aumento rápido de tensión corporal ante conflictos
– Dificultad para aceptar críticas
– Dificultad para aceptar la frustración
– Inseguros
En general, tienden a exagerar la importancia del suceso, son exigentes, muy rígidos en la valoración del suceso, no soportan la crítica, y aunque suelen pensar que van aguantando y aguantando hasta que estallan, en realidad saben que actúan de forma impulsiva. Cualquier situación social y cotidiana les puede provocar enfado e ira incontrolable. Su reacción exagerada suele ser verbal y física, normalmente hacia el exterior, personas o cosas, pero también pueden volverse contra ellos y llegar a autolesionarse.
Tienen baja tolerancia a la frustración, y la crítica les hace reaccionar con frecuencia con furia, dando gritos, dando golpes, patadas a las cosas, tirar cosas y en personas agresivas se vuelven violentos. Tienen dificultad para respetar las formas de pensar diferentes a la suya, o reaccionan contra las normas sociales o laborales que consideran que no le respetan.
Esto se debe a que hay personas que están demasiado pendientes de lo que los demás piensan, son personas que asignan demasiada importancia a lo que dicen los demás, e interpretan constantemente que se dirigen a ellos para despreciarles.
Si reconocen la tendencia a interpretar los sucesos de forma exagerada y contra ellos, se puede superar esta tendencia y con ayuda terapéutica se aprende a no interpretar constantemente a los demás, y centrarse más en las relaciones que importan, si es un trabajo que salga bien, y no en qué pensarán, si es un vendedor en que me dé bien la compra y no si le caigo bien o mal… etc.
Les falta habilidad para resolver problemas, habilidades sociales para hacerse valer, hecho que les hace sentirse débiles e inadecuados. Y siempre está dispuesto a utilizar la única estrategia que conoce: la agresividad y violencia.
La violencia solo es útil a corto plazo, de ahí que tenga que utilizarla cada vez que siente que le desprecian, ofenden o no le respetan.
Son personas que están siempre en guardia. Se sienten rechazados con frecuencia, criticados, arrinconados, que no les tienen en cuenta, que les rechazan, se sienten atrapados por los demás y se van irritando con cualquier suceso hasta que estallan, y creen que esa es una buena forma para mantener a la gente en raya, sin darse cuenta que se aíslan en lugar de mantener a la gente en raya, se apartan, están a la defensiva y van perdiendo relaciones y el sentimiento de no ser querido aumenta y van perdiendo el control en las relaciones personales, se vuelven más inseguros, agresivos, y atrapados en esas relaciones sin poder sentir satisfacción en sus relaciones sociales y personales.
A veces explotan sin una razón evidente en ese momento, y es que están cargados por la situación personal y por pequeñas estimulaciones negativas hacia ellos o que ellos perciben, y finalmente estallan sin más. Entonces se sienten liberados, y cansados, y en algunos casos sienten culpa de su comportamiento.
Otras personas con conductas explosivas son desafiantes, discuten por todo, intimidan, culpan a otros, necesitan enfrentarse con frecuencia aunque sea por nada, quieren tener razón y son insistentes, en algunos casos son muy habladores e incapaces de mantener turnos en la conversación, solo desean ser escuchados y tener razón.
Los estudios sobre los ataques de ira explosivos en adultos, indican que sus reacciones fisiológicas, emocionales y cognitivas (la forma de pensar los hechos estresantes) presentan las siguientes características. Se suele hablar de ellos como personas que parece que siempre están enfadadas.
– Reacciones fisiológicas intensas que producen tensión en el cuello y hombros, tensión en la mandíbula y bruxismo, tensión corporal en general, y molestias en el estómago ante esas situaciones. Tendencia a hablar rápido y alto, termina respirando con el pecho y cuello y hombros se tensan y aumenta la irritabilidad que sienten.
– Reacciones emocionales exageradas de rabia intensa, malestar y malhumor constante.
– Reacciones cognitivas, mentales, sienten irritabilidad intensa por la sensación de frustración frecuente, que suelen valorar como un ataque a su persona y falta de respeto hacia ellos.
“Aunque el suceso ya no esté si persiste la imagen del transgresor nuestro sistema biológico de ataque permanece activado: aumento presión sanguínea, aumento tensión muscular, incremento frecuencia cardíaca. Y expresiones faciales intimidatorias: fruncir el ceño, mirar fijamente.” Beck, A.
Los ataques de ira explosivos pueden deberse a aprendizajes en la infancia, entendiéndolo como una forma de actuar correcta para imponerse y mantener a raya a la gente, por estilos de educación familiar en exceso exigente y controlador, que pueden terminar moldeando un comportamiento agresivo o también inhibido.
Y por otro lado, pueden deberse a otros problemas o trastornos en los que también se dan explosiones de rabia, de ira, como son los trastornos de ansiedad, depresivos, trastornos de conducta, trastornos de personalidad, adicciones como el alcohol u otras sustancias, algunas enfermedades.
Es muy importante diferenciar el origen de los ataques de ira, si por aprendizajes tempranos o como suele ocurrir en bastantes casos, por la existencia de un trastorno psicológico o enfermedades.