Programas acoso escolar

El enfoque Ninguna Culpa

El enfoque Ninguna Culpa fue elaborado por G. Robinson, director de un centro escolar, y B. Maine, psicóloga, en los años 1990 en Reino Unido.

El programa Ninguna Culpa centra su intervención en no buscar culpables, ni crear la dinámica de culpable-castigo, tal como dice el nombre del programa. En este sentido lo podemos considerar un programa educativo y reeducativo pragmático que centra la intervención en detectar el acoso escolar y modificar la actitud de los que intimidan, de los espectadores y de la víctima enfocando la intervención hacia las consecuencias negativas de ese tipo de conductas en los que la sufren. El mensaje explícito es que ese tipo de comportamiento y conductas son incorrectas, perjudiciales para todos y no se van a permitir. Centra la intervención en las conductas que no se pueden tolerar porque dañan a los demás, por eso decimos que es un programa educativo y reeducativo global, ya que intervienen modificando la forma de percibir esos comportamientos agresivos que realizan unos contra otro de forma continuada, el acoso escolar. Esos comportamientos no son tolerables, y todos debemos implicarnos para detectarlos y afrontarlos. No son cosas de los alumnos, ni son cosas de la infancia, son cosas de todos, es la convivencia y hay que enseñar y guiar a los alumnos hacia comportamientos de respeto mutuo. La agresión y la violencia no es un comportamiento adecuado para relacionarse con otros. Hay conflictos, hay momentos de violencia y agresión que forman parte de las relaciones, pero no vamos a tolerarlo no vamos a reforzar esos comportamientos con nuestro silencio o con actitudes de así se aprende a defenderse, no. Vamos a enseñar a relacionarse desde un enfoque prosocial, donde la empatía afectiva y cognitiva hacia los demás debe guiar nuestro comportamiento que debe ser cada vez, a medida que crecemos y aprendemos, menos agresivo y violento y buscar las relaciones interpersonales de equilibrio, ayuda y cooperación para convivir en el centro escolar de forma pacífica, y sirve como aprendizaje de modelo para la vida adulta evitando el acoso y la intimidación hacia otros y tomar consciencia desde la familia y la escuela de la necesidad de no consentir esas conductas y buscar los medios, los instrumentos y cauces sociales que permiten intervenir para terminar ese tipo de conductas cuando existan.

Lo consideramos un programa educativo y reeducativo, fácil de aplicar en los centros escolares, si bien es preciso recibir información y formación sobre cómo actuar y afrontar los casos de acoso escolar mínimos, que son la mayoría, con una actitud educativa y reeducativa del comportamiento, esto es guiando la conducta de los alumnos hacia comportamientos prosociales y no tolerando ningún tipo de agresión o violencia continuada hacia otro.

Tal como explican los autores, los hechos puntuales de agresión y violencia escolar son normales y se dan siempre, al igual que entre los adultos: peleas, enfados, insultos, enfrentamientos y otras conductas desagradables y molestas que se solucionan finalmente y se recupera la armonía. Ahora bien, si esas conductas ya están tipificadas en las normas de convivencia escolar pues se aplica la sanción programada para esa falta, al igual que en la sociedad están las leyes que, si es necesario, se aplican cuando nos saltamos alguna norma o ley, desde hablar con el móvil conduciendo, quitar prendas o alimentos en una tienda o molestar con ruidos excesivos a horas no permitidas a los vecinos, y otras tantas normas que rigen la sociedad para facilitar la convivencia y fomentar el respeto mutuo empezando por nuestra forma de comportarnos.

Las características básicas del enfoque o programa Ninguna Culpa, son:

  • Todos implicados. Todos los que participan en el centro deben implicarse, y principalmente son los adultos, profesores, directores, personal administrativo, familia que deben tomar conciencia y abordar el acoso escolar por mínimo que sea como algo intolerable que atañe a todos. No es algo de unos alumnos, ni son cosas de la infancia y de los adolescentes. Son conductas incorrectas y gravemente perjudiciales para quien las recibe. Educar tanto para la convivencia escolar como para la convivencia social futura: Tolerancia cero al acoso, a la intimidación, a la agresión y violencia de cualquier tipo que pretenda ser más que la ley y la justicia social. Todos implicados y fomentar la empatía.
  • No utiliza el modelo de gestión de conflictos ya que no precisa llegar a acuerdos, sino a detectar los incidentes y a abordar las conductas agresivas y molestas y las repercusiones negativas que tienen en la persona que de forma frecuente las recibe, centra la intervención en los sentimientos y en la empatía y deja claro, sin culpabilizar a nadie, que esas conductas de acoso no se toleran
  • Ninguna Culpa busca afrontar la situación evitando buscar culpables y así evitar situaciones de defensa por parte de los acosadores y víctima o de los espectadores
  • Se centra en el sufrimiento de la víctima, pero sin buscar culpables. Centra la intervención en el sufrimiento que causan esas conductas. Esa es la base del programa. Centrar su atención en el sufrimiento que causan esas conductas y en la empatía
  • El profesor, el tutor, deja muy claro que es un asunto que atañe a todos, y por supuesto el profesor es el primero en demostrar que es un problema que le atañe a él mismo, no es algo entre alumnos y que les atañe a los alumnos, no, es algo de todos ya que son un grupo social y él es el principal responsable, como autoridad, de ayudar a mantener unas relaciones de equilibrio y armonía en el aula y en el centro.
  • Los adultos, los profesores, el personal del centro tienen que estar preparados para llevarlo a cabo pero es fácil la preparación. Es muy importante que comprendan que lo importante es mantener como adultos una actitud neutra, no hay culpables. Se trata de construir unas relaciones prosociales en base a la empatía y evitar el sufrimiento de los demás, y eso se consigue evitando ese tipo de conductas que dañan a los demás.
  • Las situaciones se resuelven desde  un enfoque constructivo, los implicados y especialmente los espectadores, deben afrontar y entender que esas conductas de acoso hacen sufrir, centrar la intervención en las consecuencias que tienen esas conductas. Es importante que los espectadores participen en las reuniones que se realizan para abordar esas situaciones, ya que los espectadores con su conducta de observar y permitir, mantienen y favorecen el acoso aunque no lo sepan. En general, se ha comprobado que los espectadores van retirando su apoyo a los que realizan ese tipo de conductas de acoso. Los espectadores van disminuyendo hasta que el acosador no encuentra refuerzo a su conducta agresiva, ya que no tiene espectadores para demostrar su poder agresivo. Se ha comprobado que es fácil cambiar la conducta de los espectadores ya que muchos de ellos son solo observadores que observan los hechos, pero que en muchas ocasiones no están de acuerdo aunque callen y no hagan nada por detener esas conductas. Al perder el interés y aumentar la desaprobación de los espectadores hacia esas conductas, el acoso va disminuyendo, el acosador, acosadores, se quedan sin público, no reciben refuerzo social a sus conductas de poder y dominio sobre otros, y el acoso empieza a percibirse y sentirse como algo que no da poder, sino que está mal visto entre los iguales y por supuesto los adultos.

El enfoque Ninguna Culpa está sistematizado en cinco pasos que hay que seguir, y es muy importante tener en cuenta la importancia de mantener una actitud neutra por parte delos adultos que afrontan los casos junto con los participantes: No hay culpables. Hay conductas incorrectas, intolerables.

Los pasos a seguir, de forma breve, son los siguientes:

  1. Cuando se detecta un caso de acoso, lo puede poner en conocimiento la víctima u otra persona y siempre es bien recibida la noticia de que se ha detectado un caso. Y se pone en marcha el programa u enfoque Ninguna Culpa
  • Hablar con la víctima. Centrar el tema en el sufrimiento y no en la culpa, se le explica a la víctima y a los acosadores. Al explicar los hechos, el profesor centra su atención en los sentimientos que han producido esos hechos, no en los que han participado en esos hechos. Se busca la empatía, no la culpa, ni el castigo, sino la construcción de relaciones positivas, empáticas
  1. Seleccionar un grupo de iguales que estén relacionados e implicados en el caso, pero recordemos no para culpabilizar, sino para afrontar el tema de las consecuencias de su comportamiento en los demás.
  2. Reunión con los implicados excepto con la víctima: La reunión debe estar preparada por el profesor, tutor, y se citan a los alumnos que el profesor considere y se hace con tono normal y de forma pública. Se acude al aula, y se explica que hay un problema y que hay que resolverlo y para ello se cita a una reunión a tales alumnos, el tono es contundente pero normal, sin tono de reproche o de culpabilizar, tono autoritario pero empático.

Estos primeros momentos son difíciles porque existe tensión en el grupo de acosadores y espectadores, pero cuando se habla con autoridad y sin culpabilizar, la tensión disminuye y se puede reflexionar sobre el tipo de conductas que hacen daño a los demás y que hay que evitar.

En la reuniónse explican los hechos, pero no se entra en detalles ni en quién tiene la culpa, ni si es la víctima la que provoca, o es el acosador, ni si es verdad, o es mentira. Simplemente se habla de la conducta y de los sentimientos desagradables que ha desencadenado en la víctima.

Se buscan soluciones entre todos y se busca comportamientos empáticos y de inclusión con la víctima, normalmente salen propuestas por los alumnos espectadores que son conductas positivas: me sentaré a su lado, vive cerca de casa si quiere puede ir con nosotros por el camino a casa y otras propuestas que generalmente son positivas, incluso cuando el acosador se resiste a reconocer su conducta como dañina, pero, y eso es lo importante, observa que va perdiendo apoyos y que esas conductas que le daban poder social ahora resultan que se lo quitan.

Se programa una nueva reunión para comentar cómo va el asunto.

  1. Reunión de seguimiento. Al término de una semana aproximadamente, se vuelven a reunir para ver cómo va el asunto, generalmente, normalmente ya se habrá solucionado. Los responsables suelen reunirse con la víctima que ya está en condiciones y también sabe que debe centrar su pensamiento en las molestias que causan este tipo de conductas. Repetimos, la conducta es la que molesta y es lo que hay que cambiar.
  2. En este paso, se hace seguimiento y se observa si realmente todo ha terminado o se repite de alguna manera el acoso. Según se observe se interviene o finaliza.

El programa o enfoque de Ninguna Culpa es muy útil y da muy buenos resultados para el acoso escolar en general, para casos de violencia y agresión grave es necesario seguir un procedimiento más formal y tal como esté detallado en el programa o plan de convivencia escolar. Esto es, los casos extremos de violencia deben tratarse con otros métodos y erradicarlos formalmente según el plan de normas y correcciones escolares.

En cuanto a la indisciplina, o hechos concretos que van contra las normas escolares pero no son acoso, son esporádicos y no se dirigen a una misma persona durante un tiempo determinado, para estos actos de peleas, agresiones, amenazas u otras intimidaciones puntuales simplemente se aplican las normas escolares.

El programa Ninguna Culpa es para prevenir y erradicar el acoso, para los hechos incorrectos, pero normales, que se dan en los centros simplemente se aplican las normas escolares y las sanciones pensadas. Y en los casos de acoso grave, hay que afrontarlo con medidas formales y planificadas para evitar ese tipo de violencia dentro de la escuela. Y si es necesaria la intervención extra escolar de los acosadores, se recomienda la posibilidad terapéutica o cualquier otro apoyo e intervención individual o grupal que se considere puede ayudar a los acosadores.

El libro de Robinson y Maines, Michael’s Story expone claramente cómo puede utilizarse este enfoque contra el acoso escolar. (1)

(1) Maines, B. y Robinson, G. (1992). Michael´sstory: The “no-blameapproach”. Lame Duck Publishing, 10 southTerrace, Readlands, Bristol B566TG.