Enfadarse, enojarse, sentir rabia, ira, son sentimientos y emociones normales. La intensidad de estas emociones depende de diversos factores como son la edad, el temperamento, el ambiente, situaciones estresantes, conflictos personales, amenazas, frustración y recuerdos, entre otros factores.
Cuando nos enfadamos sentimos tensión en el cuerpo y malestar, si la intensidad de malestar que sentimos nos hace perder el control y reaccionamos de forma violenta o agresiva con los demás o con los objetos o animales, no solo perdemos el control sino también el respeto a los demás y en casos extremos maltratamos a los demás, lo que puede terminar en una conducta delictiva.
Controlar las situaciones que nos provocan ira es difícil, y en bastantes casos imposible, ya que no depende de nosotros. Podemos anticipar aquellas situaciones que sabemos nos suelen provocar rabia o ira, y sobretodo podemos controlar nuestra reacción.
Se trata de aprender a controlar nuestras reacciones explosivas y especialmente las reacciones agresivas y violentas.
Podemos enfadarnos, tener rabia, ira, enojarnos pero de forma respetuosa, con control. Aprender a enfadarse, debemos enseñarlo desde la infancia y continuar hasta la adolescencia. Y en caso de los adultos que tienen ataques de ira, explosiones de ira incontrolables, es necesario entrenarse, solo o con ayuda, en técnicas que le ayuden a gestionar su ira, su irritabilidad e impulsividad agresiva.
En este artículo exponemos de forma general como controlar la intensidad del enfado y la intensidad de las reacciones. En el apartado psicología y desarrollo social expondremos cómo enseñar a enfadarse según las edades, enseñar a enfadarse desde la primera infancia fomenta el control de las reacciones agresivas e incorrectas, y para que sea eficaz es necesario enseñarlo en todas las etapas del desarrollo, adecuando la enseñanza a la edad de los menores.
Modales para los enfados
La primera reacción ante un conflicto, enfado, es controlar la respuesta.
Al inicio del enfado y la ira, cuando uno siente que entra en tensión, es el momento de recordar que debe comunicarse sin agresión. Los modales en este primero momento, facilitan que disminuya la tensión y las reacciones exageradas. Los modales nos van a servir para modular en un primer momento la tensión que produce el enfado.
– escucha activa y serena, mantener la calma. Escuchar es un buen modal
– mantener el gesto serio, pero no amenazante
– el tono de voz serio, seco y sin subir la voz
– utilizar expresiones verbales cortas y educadas: de acuerdo, veré que puedo hacer. Ahora mismo no estoy de acuerdo, pero lo reflexionaré y hablamos.
– Y finalizar la situación de inmediato, de momento lo dejamos así y lo hablamos más tarde
– Si insisten en presionar y hablar: lo siento, lo hablamos más tarde. Lo normal es que se cierre la conversación y ya se retome con calma. Si la otra persona pierde el control, retírese de la situación.
– En situaciones en las que alguien realiza una conducta incorrecta: colarse en una fila, adelantar cuando no es el momento, interrumpirle constantemente…, aplicaremos los mismos modales de entrada, desde el primer momento. Si quiero comunicarle a una persona su conducta incorrecta, lo haré con modales: Disculpe, pero antes estamos nosotros, tono seco y serio y sin levantar mucho la voz. Increpar a una persona con modales, da mejor resultado que increparla con malos modales, que suele aumentar la tensión y los conflictos.
Para conseguir reaccionar en un primer momento con modales, es necesario entrenarse en técnicas de autocontrol y solución de problemas. El entrenamiento resulta eficaz, puede tardar más o menos tiempo pero finalmente sentirá el poder de controlar sus emociones. Si le resulta difícil controlar el enfado, y tiene explosiones de ira, y no consigue aplicar las técnicas que ayudan al control emocional, pida ayuda para que con apoyo lo consiga.
A continuación nombramos algunas formas de controlar el enfado y en el apartado de esta web: Consulta de autoayuda, encontrará como controlar la ira y los ataques de ira.
Controlar el enfado
-Anticipar situaciones que nos provocan frustración y rabia y preparar la reacción con autointrucciones
– Respirar
– Relajarse con imágenes mentales agradables, es necesario entrenarse antes
– Atención a los gestos agresivos exagerados y disminuir esos gestos
– Controle el tono de voz, si ve que va subiendo mucho, respire y baje el volumen, trate de no gritar.
– Evitar conductas agresivas y violentas, retirarnos, al darnos cuenta de que vamos a perder el control, retirarse de la situación, sino podemos retirarnos, pedir disculpas y cerrar la conversación con una frase amable y contundente.
– Respirar para calmarse y esperar a que pase la ira para regresar a lo que estamos haciendo.
– La rabia, la ira, desencadenan tensión corporal, cuando la tensión desaparece, y tarda en desparecer, escribir el suceso que ha provocado tanta tensión y reflexionar en cómo actuar la próxima vez.
– La próxima vez, cuando note que la situación es tensa y puede ir a más, reaccione con modales: Si me permite…, mira, voy a reflexiona sobre lo que dices, y luego lo comentamos. Gracias. Si insiste, retirarse, sino puede retirarse, repita: déjame pensar y lo hablamos.
Entrenarse en controlar los enfados y evitar ataques de ira, es eficaz, y consigue que las relaciones sociales y familiares mejoren.