La primera vez que tenemos un ataque de pánico, creemos que algo grave nos está pasando. Los mareos, las palpitaciones, el vértigo, dolor en el pecho, la sensación de no poder respirar, todas esas sensaciones nos hace creer que algo va mal: puede indicar que voy a tener un ataque al corazón, que los pulmones no están bien, un derrame cerebral o cualquier otra enfermedad que pensamos es la causa de lo que nos está sucediendo.
Vas a urgencias y nos dicen que solo es ansiedad, pero normalmente esa explicación no es suficiente para nosotros, y pensemos que es imposible que solo sea ansiedad.
Salimos de urgencias y no estamos muy seguros de estar bien, empezamos a estar en alerta, por si vuelve a suceder y a pensar en hacernos un chequeo por si tenemos algo. Puede hacerse el chequeo, y si todo sale bien, le volverán a decir que es ansiedad.
Pocas veces nos convencen, seguimos inquietos, aunque todo ha salido normal.
Y la alarma sigue encendida: atento, por si vuelve a pasar, que esto puede ser una enfermedad grave. Y este miedo que siente aumenta la tensión y el estrés mental, y ayuda a que pueda volver a tener un ataque de pánico.
Si le dieron una pastilla para relajarse, puede tomarla, pero lo más eficaz es tratamiento psicológico para aprender a controlar los síntomas del ataque de pánico, y aplicar las técnicas que aprenderá y podrá manejar la ansiedad. También aprenderá a enfrentarse a las preocupaciones y miedos que le provocan tanta ansiedad.
Aprenderá a no tener miedo a las sensaciones que provoca la ansiedad y a ser consciente de que es solo ansiedad, y dejará de pensar en que lo que le pasa es por alguna enfermedad grave.
Perderá ese miedo a tener una enfermedad grave, cuando comprenda que todos esos síntomas los provoca la ansiedad.
Los ejercicios son sencillos y eficaces
- Círculos viciosos
- Autoinstrucciones
- Técnicas de control de la ansiedad