La ansiedad es la reacción de tensión del organismo a situaciones estresantes y situaciones que nos provocan incertidumbre y temor. Se expresa con síntomas físicos y mentales. Si la tensión del organismo es aceptable y se corresponde con la inquietud que puede provocarnos una situación determinada, entonces hablamos de ansiedad normal. Si la tensión del organismo es excesiva para la situación y nos desborda, es cuando hablamos de ansiedad clínica, es la ansiedad que nos impide actuar y afrontar situaciones determinadas y consideradas situaciones normales.
Podemos decir que la ansiedad es un estado del organismo pasajero que ocurre frente a situaciones o hechos que son importantes para nosotros, y de alguna manera implican un riesgo más elevado de lo normal. Un riesgo que puede tener consecuencias negativas, daño físico, daño psicológico. Si evaluamos el tipo de daño que podemos sufrir si afrontamos ese riesgo, y concluimos que es un daño asumible, seremos capaces de afrontar ese riesgo, ese peligro que implican ciertas situaciones. Si concluimos que el daño que podemos sufrir es inasumible para nosotros, entonces decidimos no afrontar ciertas situaciones por el temor que nos producen.
Existen situaciones de riesgo alto, se trata de valorar y decidir si en esos momentos es posible asumir ese riesgo, y el daño personal que puede suponer.
Y existen situaciones de riesgo normal, mínimo, asumible, que para ciertas personas les resulta imposible asumir: entrar en un ascensor, ir a comprar, salir a la calle, hablar en público, enfermar sin motivo real que respalde esa idea, dificultades para relacionarse, para romper relaciones, y otras muchas situaciones que consideramos normales y cotidianas. Las personas que piensan esas situaciones como un peligro que pone en riesgo su vida física o mental, pueden vivir en una tensión permanente, con ansiedad, que deteriora su vida cotidiana y con sensación de malestar frecuente.
Este último grupo de personas son las que necesitan tratamiento para vencer y manejar la ansiedad. Además puede ser solo ansiedad o un síntoma de otro trastorno, por lo que es aconsejable acudir al médico y al psicólogo, y si es necesario iniciar tratamiento.
Para manejar la ansiedad normal, es suficiente con entrenarnos en algunas técnicas de control de la ansiedad.
Para la ansiedad excesiva y patológica es imprescindible el tratamiento psicológico y en algunos casos farmacológico.
Tratamiento para la ansiedad excesiva y patológica
- Terapia psicológica:
– Control ansiedad: técnicas para controlar los síntomas
– Gestión de la ansiedad: técnicas para combatir pensamientos que producen miedo
- Medicación
– Fármacos, cuando se considere necesario