Las conductas y comportamientos agresivos típicos de esta edad, aparecen por desarrollo evolutivo, esto es, por las nuevas capacidades y habilidades que corresponden a estas edades, y por la necesidad de ser más independiente y autónomo.
Son conductas agresivas que llamamos evolutivas porque van a apareciendo con la edad. Son conductas molestas o agresivas que aunque sean normales para la edad, no son aceptables socialmente.
Las conductas agresivas evolutivas son comportamientos que deben ser educados, enseñar que no son conductas aceptables y enseñar cómo comportarse. Observar que van desapareciendo con la intervención educativa, poco a poco, y de no ser así, es que se están convirtiendo en conductas problemáticas o trastornos. Por ejemplo, los niños más pequeños cogen sin permiso cosas de los demás, si esta conducta evolutiva persiste es una conducta problemática, quitar cosas se puede convertir en robar, porque a estas edades ya saben que es necesario pedir permiso, y conformarse con la respuesta les guste o no.
Las conductas agresivas más típicas de estas edades son:
– Las peleas, aumentan y cada vez son más verbales, discusiones que pueden ser fuertes de tono: gritos, retos, palabrotas
– Coge cosas sin permiso y en general, sin esconderse: entra en la cocina ve galletas y las coge, quiere pintar, ve un papel y lo coge, algo que le gusta y lo coge, sea de quien sea. Son conductas que hay que prohibir, y después decirle que pida permiso.
– Quieren ser más independientes y aumentan las reacciones de empoderamiento y retos a la autoridad
– Gestos despectivos para burlarse y divertirse
– Se divierte diciendo palabrotas
– Intenta esconder lo que hace mal, engaña y miente
– Y a partir de esta edad empieza a utilizar los insultos con más frecuencia y a poner motes despectivos y afectivos. Los despectivos se hacen con maldad, con intención de molestar. Los afectivos son más para destacar una característica sin despreciarla. Decir, por ejemplo, taponcito cariñosamente, no para despreciar, y si quien lo recibe no se molesta, lo recibe bien, entonces no se considera insulto, pero si molesta al que lo recibe, entonces debe dejar de decirlo.
– Empieza a ser descuidado. Esta es una conducta molesta que aparece alrededor de los ocho años, dejan las cosas por en medio, incluso cuando antes eran ordenados
– A partir de los siete y ocho años expresa los desacuerdos con los padres y defiende a uno de ellos, a veces a la madre y a veces al padre.
– A partir de los 4 años van desapareciendo las rabietas explosivas, pero se vuelven más exigentes y lo manifiestan con el lenguaje, negándose a hacer lo que le piden. Las rabietas dan paso al negativismo: No, no, no, este negativismo tiene que ir disminuyendo a partir de los 5 o 6 años.
– Si a partir de los 6 años sigue negándose con frecuencia y pone resistencia frecuente a realizar lo que le mandan, y adopta una actitud muy pasiva o agresiva, se considera ya una conducta problemática o trastorno.
– A partir de los 7 y 8 años hay un rebrote de explosiones de furia, de vez en cuando, pocas veces, quieren demostrar su independencia y exigen más autonomía, quieren ser oídos y que se tengan en cuenta sus propuestas, especialmente las personales: vestir, tiempo ocio…, pero si todo va bien, siguen obedeciendo aunque refunfuñen y de vez en cuando exploten con furia. Las rabietas se han transformado en explosiones de ira, es un buen momento para comprender esas explosiones y para educarlas. Es el mejor momento para insistir en: Podemos enfadarnos, enfadarnos con modales. Si las explosiones de ira son frecuentes hay que consultar con un profesional.
– Disminuyen las agresiones, pero cuando se producen son más fuertes e incluso gratuitas: dar un golpe al adulto sin más, por la satisfacción de sentir la fuerza. Algunas familias se asustan porque de repente les dan un empujón fuerte, un cabezazo, les clava las uñas con fuerza… Estas conductas deben cortarse enseguida, a esta edad solo pretenden mostrar su fuerza, no hay intención de hacer daño en sí mismo, pero enseñaremos que es una conducta grave porque hace daño y no se va a permitir.
– Siguen utilizando palabrotas pero ya son conscientes de que son inapropiadas, antes saben que son incorrectas y decir palabrotas está mal, pero porque les riñen. Ahora empiezan a ser conscientes de que son incorrectas porque son ataques verbales agresivos que hacen daño.
– Aumentan las mentiras normalmente para no ser regañados
– Empiezan a hacer trampas para ganar, pero no les gusta que les hagan a ellos
– Aumenta el interés por el cuerpo y se interesan por el sexo y temas relacionados, si algunos niños muestran un interés excesivo por temas sexuales y juegos sexuales frecuentes entre ellos, es necesario intervenir para valorar qué sucede
Conductas graves
Son conductas de riesgo, indicadores de que algo va mal. Son comportamientos que indican que la agresividad que consideramos evolutiva, la que aparece según la edad y que hay que corregir, en lugar de disminuir se mantiene o aumenta. En estos casos, es mejor consultar en lugar de esperar a que desaparezca ya que cada vez será peor de corregir.
– A partir de los 4 años y especialmente a partir de los 6 años las explosiones de ira y agresión ante cualquier negativa, se considera ya una conducta problemática. Reacción violenta ante cualquier contrariedad: íbamos a… (jugar, comprar, pasear…) pero tenemos que irnos a otro sitio o no podemos ir, y entran en cólera o se niegan de forma silenciosa y pasiva. Si es muy de vez en cuando no pasa nada, pero si es con frecuencia, es una conducta problemática.
– Se enfadan y contestan mal a cualquiera conocido o desconocido, insultan y dicen palabrotas para agredir o para molestar de forma frecuente y a cualquiera.
– Quieren dominar a todo el mundo, exigiendo que se haga lo que dicen y quieren, los castigos no hacen efecto y se ponen más agresivos. Se dan cuenta de que no pueden con ellos y se sienten fuertes, es lo que algunos autores llaman “el verdugo familiar” los adultos se sienten impotentes
En estos casos es necesario consultar de inmediato, tanto el psiquiatra como el psicólogo.
– Robos, aunque a esta edad quitan cosas y a partir de los 7 años pueden quitar dinero a sus padres, son conductas graves que es necesario limitar de inmediato, si son esporádicas, muy esporádicas, es suficiente con poner límites y mostrar un gran enfado. Si se dan con frecuencia es necesario valorar el comportamiento en general y tomar medidas educativas cuanto antes.
– Destructividad, de vez en cuando destruyen, ensucian, rompen algo que saben que otro aprecia, o intentan, si es una conducta dentro de un ataque de furia, pero no cuando está calmado, lo consideraremos grave pero no problemático. Si es una conducta que realiza de forma intencionada y sin impulsividad ni ataque de furia, lo consideraremos más grave y problemática, ya que busca satisfacción haciendo daño al otro.
– Faltar al colegio a partir de los 7 años no es muy frecuente, pero pueden darse casos a partir de los 8 y 9 años, es una conducta muy grave y se tomarán medidas de inmediato.
A partir de los 6 años, a veces incluso antes, ya aparecen indicadores, señales de que el comportamiento va por mal camino, no es solo un momento evolutivo.
Recuerde, un comportamiento muy agresivo indica problemas y es probable que persista en la adolescencia, cuanto antes se intervenga mejor.